Basta con echar una ojeada a la realidad del comportamiento de individuos y grupos, para verificar una constante necesidad de tener razón; una tendencia a controlar a los demás y a dominar la naturaleza.

Aunque resulte curioso o contradictorio, el conflicto no es necesariamente negativo. Puede afirmarse que un cierto nivel controlable o tolerable de conflicto puede generar consecuencias positivas, como: estimular un estado de alerta, impulsar la creatividad, enriquecer la toma de decisiones, favorecer la autocrítica, abrir las compuertas a la expresión de las diferencias, y posibilitar el mutuo conocimiento de ciertos aspectos de las personalidades de que se relacionan. El mismo ejercicio que cansa el músculo, también lo desarrolla.  

Algunas sugerencias útiles para el abordaje positivo de situaciones de conflicto, son:

  • Acepte que el conflicto es normal y frecuente en la vida humana.
  • Aconseje sólo cuando le pidan consejo.
  •  Presente sus ideas sin imponerlas.
  • Respete a todos de palabra y obra. Reconozca sus errores y desear necesario discúlpese, pues no siempre tendrá razón.
  • Empatice, póngase en el lugar de los demás.
  • Reduzca la tendencia a juzgar la conducta o las preferencias de sus semejantes.
  • Vea lo positivo. Halague más y critique menos, busque puntos de coincidencia.
  • Sugiera y proponga en vez de ordenar o mandar.
  • Acepte que sus interpretaciones de los hechos no son ni únicos, ni ´la verdad´.
  • Absténgase de hacer bromas pesadas.
  • No se inmiscuya en la vida privada de los demás.
  • Aprenda técnicas de comunicación efectiva para escuchar y hablar adecuadamente.
  • Evite discusiones y enfrentamientos innecesarios.
  • Acepte a las personas y cambie usted en lugar de querer cambiarlos.

Estas recomendaciones la ayudarán a alcanzar mejores relaciones y a vivir de forma más alegre, armónica y productiva. Recuerde que no hay felicidad sin paz, no hay paz sin armonía y no hay armonía sin conciencia. Si ha de defenderse, que sea de peligros reales, y no de enemigos creados desde el orgullo, la necesidad de llamar la atención o la ligereza del carácter. Es valioso pensar en lo que decía Norman Vincent Peale: ´no te estrelles contra los obstáculos, deja que ellos se estrellen contra ti´.

Por: Lic. Renny Yagosesky
Fuente: www.gestiopolis.com