Todo ser humano ha pasado por una emoción tan paralizadora como lo es el miedo. Es propio de toda persona y en cada uno ocurre por distintos motivos. De hecho no está mal sentirlo porque su función es prevenirnos frente a cosas que nos podrían causar mucho daño y de seguro en muchas ocasiones nos evitará hacer muchas tonterías. Lo que es equivocado es convertirlo en una excusa para no seguir adelante.

Esta emoción tan dura de manejar crea el ambiente propicio para la mediocridad. ¿Para qué atreverme a… si igual lo que va a pasar es lo peor? Entonces al dejarnos llevar por la angustia anticipamos el fracaso. Solo existe una manera de reescribir esa historia creada únicamente por la cabeza. Hay que intentar hacer las cosas y enfrentarlas.

El miedo puede llegar a anular la capacidad de compromiso de cualquiera porque simplemente lo inhabilita. Esta sensación no deja tomar ningún tipo de decisión. El miedo puede llevar a una persona a la triste situación de ser incapaz de enfrentarse a ningún problema. ¿Cómo líder de una empresa usted querría que su personal trabajara en un ambiente que generara miedo?

Este terror a enfrentar situaciones puede ocasionar que usted tenga entre sus colaboradores a gente muy valiosa, pero que siente pavor de expresar sus ideas, o experimenta temor de colaborar de manera más activa e ingeniosa dentro de la empresa. En los espacios empresariales uno de los miedos más insistentes es el temor a comunicarse de la manera más adecuada.

¿Cuál es su papel como líder de un grupo de empleados ante la circunstancia del miedo?

Ante todo admitir para usted mismo que usted es un ser humano y que usted también ha tenido y puede llegar a sentir miedo, esa expresión de empatía lo llevará a colocarse en el lugar del otro. De otra parte usted debe crear un ambiente confortable y amable en el que sus empleados se sientan con la libertad y la calma para expresar sus opiniones y colaborar con la empresa. La angustia frente a lo que pueda ocurrir puede estar ocultando personas realmente talentosas que están en su entorno inmediato y podrían hacer aportes magníficos para el mejor desarrollo del negocio.

Hay otra situación muy delicada que ocurre con la sensación de temor y es que resulta muy fácil de propagar. Cómo líderes empresariales de seguro no queremos personas propagando el miedo en nuestro ambiente laboral.

Suele ser “más fácil” quedarse en el estancamiento que genera el miedo que hacer algo. ¿Podemos ser seres sin miedo alguno? La respuesta es NO. Siempre habrá algo ante lo que sintamos muchísimo pavor. ¿Qué hacer entonces? Estar dispuestos a enfrentar aquello que nos atemoriza y asumir las consecuencias de lo que pueda ocurrir. De hecho esta resolución hace parte de madurar y crecer. Una vez la tomemos con seguridad nos sentiremos mejor.

Ir venciendo temores estimula la autoestima y nos va mostrando cosas increíbles de las que somos capaces: hablar en público, tocar un instrumento, cantar, practicar un deporte, resolver un problema. Intentar hacer las cosas siempre marcará una gran diferencia. Ya se es un ganador si se toma la valiente decisión de dar la cara a aquello que nos acobarda y nos detiene. Es cuestión de ir dando pasos pequeños.

Podemos llegar a sentir temor ante muchas situaciones desde las más triviales hasta las realmente graves. Como esta emoción del miedo es subjetiva, casi que hay tantos miedos como personas. Lo que afecta a uno no necesariamente afectará al otro.

La vida es realmente corta para desperdiciarla sintiendo únicamente miedo. Si le damos la cara a esta situación de seguro es mucho más lo que vamos a ganar: empoderamiento, seguridad en nosotros mismos y autoestima. Además vamos a recuperar mucho tiempo que con seguridad requerimos para ser más confiados y felices.