La única manera de perder el miedo a hacer algo es haciéndolo. A medida que superamos situaciones ganamos confianza y seguridad y eso genera un estado de satisfacción que, sin duda, redundará en beneficio de nuestra salud física, psicológica y emocional.

Había un hombre que estaba parado en frente de un pelotón de fusilamiento y se le concedió un último deseo. El capitán de la guardia se acercó y le dijo que podía escoger: podía ser fusilado o podía entrar a la cueva que estaba lejos, en la oscuridad, más allá del pantano y de los bosques. Él miró, vio la cueva y preguntó: ´¿A dónde lleva?´ El capitán de la guardia dijo: ´¡Nadie sabe!´. El hombre volvió a mirar una y otra vez, vio el pantano desagradable, los bosques oscuros y estaba tan asustado que dijo: ´¡Disparen!´




Después, un joven soldado preguntó si podía ir a investigar qué había dentro de la cueva. El capitán se estremeció y dijo: ´Es su vida, ¡pero yo no lo haría si fuera usted!´ El joven soldado fue hacia la cueva. Se arrastró a través del pantano y caminó en la oscuridad, llegó a la cueva, entró y descubrió que el otro lado llevaba hacia la libertad, la hermosa libertad. La moraleja de la historia es que la mayoría de las personas prefiere conformarse con lo malo conocido que con lo bueno por conocer.

Recuerdo haber tenido obstáculos en el pasado que se veían como montañas imposibles de pasar, pero tras haberme sobrepuesto a ellos se veían más como pequeñas colinas. Yo creo que todos experimentamos lo mismo, si estamos dispuestos a mirar hacia atrás y de forma objetiva. Piense en los problemas de su vida en el pasado, o simplemente en experiencias de vida que tuvo que pasar, como ir al colegio o a la universidad. Pudo parecer una gran cosa antes de comenzar, pero fue mucho más pequeña después de haber terminado.




Me gusta esta cita de Sidney J. Harris: ´Cuando escucho a alguien quejarse de que ‘La vida es dura’, siempre estoy tentado a preguntar: ´¿Comparada con qué?´ Sí; la vida está llena de retos, pero también de posibilidades hermosas. Depende de su perspectiva. Busque lo positivo y dése cuenta de que un contratiempo no es el final del camino, sino sólo una curva en él.