Hacer evidente que una situación lo ha descolocado, no lo hace lucir triunfador. Si en su gestualidad usted muestra que perdió la calma… perdió, perdió en cuanto a su autoestima y perdió en la manera en que lo ven los demás. A todos nos agradan las personas que mantienen la serenidad y la calma ante las situaciones más difíciles. Si usted se quiere ver triunfador, es porque hay liderazgo innato dentro de usted. ¿Confiaría usted en alguien que pierde los estribos con facilidad?

¿Cómo hacer para obtener esa fuerza interior que lo lleva a uno a no perder la serenidad? La respuesta es muy, pero muy sencilla, respire. Aprenda a darse tiempo para respirar y para tomar un respiro frente a las situaciones agobiantes.

Otra sugerencia: prepare. Procure estar preparado para los inconvenientes. Esto siempre le traerá tranquilidad. Supongamos que tiene su presentación de negocios fuera de la ciudad donde vive, ha preparado su viaje con antelación, pero no ha considerado hacer varias copias de su muestra. Sucedió esto: al salir del aeropuerto, le robaron la computadora. ¿Será que se confió demasiado? Probablemente.

En la actualidad se pueden hacer muchas copias de una presentación, bien sea guardándolas en una memoria USB o enviando su trabajo a un correo. Algo muy simple de prever.

Volvamos a la situación, su presentación es ¡Ya! Y le robaron su computadora. ¿Tiene tiempo de enojarse? No. Si fue preventivo, puede respirar tranquilo y sonreír. Si no lo fue, haga lo mismo. Cálmese y sonría. Busque maneras o de aplazar la presentación si le es posible o de explicarle la situación a los participantes. Normalmente la gente suele entender. Lo que si no va a lucir muy bien, nunca, es que usted se salga de casillas y no maneje el inconveniente.

Esto aplica para muchas situaciones en la vida. Desesperarse no es negocio. Y quien negocia con usted quiere sentir seguridad y calma, delo por hecho. Cuando la gente afirma que “prácticamente casi todo tiene solución menos la muerte” es porque en el fondo es así. Ser adaptables ante las situaciones difíciles nos convertirá en gigantes. Esto nos ganará siempre el respeto de la gente, porque no perdemos la razón con facilidad y sabemos mantener la ecuanimidad ante la presión de las circunstancias.