Escucha uno decir a las personas de antaño: “Es que antes la palabra era suficiente”. ¿Era? Debería seguirlo siendo. La palabra que uno empeña y sus hechos deberían ser coherentes.

Son otras épocas es cierto. Los términos legales deben establecerse para tranquilidad de todos. Pero, por encima del papel, debería prevalecer la confianza que los demás tienen en mí, debido a que yo me la he sabido ganar, con base en mi seriedad y responsabilidad. Qué bueno ha de ser para un ser humano saber que los demás confían en él o ella porque ha sido un ser correcto y cumplidor.

Su honradez es una carta de presentación en su hoja de vida. La confiabilidad en los tratos con usted es algo que la gente transmite cuando otros piden referencias suyas. Es muy grato, para uno poder sugerir a una persona como alguien correcto e íntegro con su trabajo. Hablar de la honradez de alguien es hablar de su seriedad y profesionalismo.

¿Cómo pueden los demás detectar que usted es honrado? Lo pueden hacer a través de los siguientes detalles:
Usted se distingue por su cumplimiento. Llega a las citas incluso antes.

Usted establece sus citas con anterioridad. Usted se caracteriza por respetar el tiempo del otro.

Usted habla en términos muy cordiales y respetuosos, pero muy explícitos. Da a entender con claridad que es lo que tiene para ofrecer y qué quiere.

Usted se comunica siempre de frente a su interlocutor. Normalmente quien baja la mirada para hablar no es muy sincero.
Usted cumple los pactos establecidos. Usted es reconocido por ejecutar lo que dice. Si no lo hace comunica a los demás que no puede cumplir u ofrece soluciones al respecto.

Usted es referenciado sin la mayor dificultad. La gente se siente feliz de referenciarlo a usted como una persona con la que se pueden hacer negocios.

Si usted se caracteriza por todas estas cosas, con seguridad, su palabra y un apretón de manos, pueden ser considerados como suficientes para cerrar tratos con usted. Siéntase entonces orgulloso de usted mismo. Qué bueno que usted tenga una ética de antaño. Ser honrado, fue, es y será un valor que no debe perder vigencia por más que pasen los tiempos. Es cuestión de tener palabra.