Somos seres sociales. Por tanto, se torna difícil, por no decir que prácticamente imposible, que alcancemos metas sin la ayuda de otros.

A estas alturas, puedes estar pensando: ¿Acaso no dependen de mi determinación, mi constancia y mi impulso los logros que yo obtenga? Sí, en un gran porcentaje. Empezar es fundamental, “es más de la mitad del camino” afirma el Dr. Camilo Cruz. Pero, se necesita de la ayuda y el apoyo de los demás. Puedes tener miles de proyectos, si no hay nadie que crea en ellos la situación se dificulta.

Otros te siguen porque ven tu poder de convicción en lo que crees y notan tu entusiasmo. ¿Has pensado en llegar solo allá arriba?

Esa mentalidad egoísta no es la mejor, ni es real. En tu camino de ascenso hay otros, los cuales depositan su fe en tus ideas. Por lo tanto es muy importante actuar con claridad y transparencia. No pienses, ni el más mínimo instante que llegar a la cumbre implica arrasar y dejar gente detrás de ti.

Tus ideas, tus metas, tus sueños, deben ser fiel reflejo de los valores que te identifican. No te prestes a “cualquier cosa” por llegar. No vale la pena que tu camino se manche con errores que hoy parecen simples, pero que pueden llegar a ser definitivos.

Sé que quieres llegar lejos. ¿De qué manera te ves? ¿Con una llegada repentina y una caída rápida? ¿Cierto que no? No sé tú. Yo te veo perdurando a través del tiempo. Dejando un legado, una huella que valga la pena. Bueno y ¿Qué tiene que ver todo esto con los negocios? Muchísimo. ¿Quién no desea que su emprendimiento tenga un reconocimiento perdurable?

¿Has soñado con que tu empresa o tu idea se mantengan a través de varias generaciones? Entonces no olvides tener en cuenta a quienes te han acompañado en el camino. No olvides nunca valores tan importantes como la solidaridad y la lealtad. Jamás dejes de realizar tu idea con mística, responsabilidad y entrega. Cuando dejas de hacerlo las cosas flaquean y no vale la pena dejar perder todo aquello por lo que te has esforzado.

Recuerda cuando estés allá arriba, a tus clientes. Sin ellos no eres nada. A las personas que han sido tus empleados y te han ayudado a llegar. Que tu paso por este mundo sea más bien una estela por la que otros pueden caminar para alcanzar sus sueños.

Editado por: Ana Patricia Caicedo Cox