Algunos emprendedores se mantienen dentro de una economía limitada de subsistencia de mes a mes, así tengan negocios que pueden llegar a generarles las ganancias suficientes para tener un mejor estilo de vida. Esto se debe al manejo de las finanzas personales, sus organizaciones  pueden ser prósperas y rentables pero ellos no evolucionan ya que no le dan suficiente importancia al manejo de las finanzas.

Los estudios de Merryll Linch han mostrado que las personas se ubican entre los siguientes grupos de acuerdo con su manejo de las finanzas:

Personas adineradas. Personas estables financieramente. Personas que se sostienen de cheque en cheque. Personas que viven permanentemente endeudadas.

Estos estudios evidenciaron que cada grupo es diferente con respecto a  conductas financieras, metas y objetivos.

Las personas adineradas y las financieramente estables: son optimistas, tienen objetivos y se reponen rápidamente ante los inconvenientes de la vida. Los individuos de los dos últimos grupos tienen muchas dificultades para ahorrar. En tanto en los grupos de personas adineradas y financieramente estables el ahorro y las inversiones son prioridades.

¿Cómo llevar a cabo un buen plan de ahorro? Lo ideal es ahorrar el 10% de tus ingresos. Las razones primordiales para ahorrar son:

Es un modo seguro de ir saneando las deudas. Sin ahorro es difícil invertir. El ahorro da la tranquilidad de tener provisión para las épocas duras. El ahorro es un paso a la independencia financiera.

Sin ahorrar una parte de los ingresos resulta difícil sembrar la semilla del éxito financiero. Desarrollar el hábito de ahorrar e invertir no es sencillo. Se necesita voluntad y firmeza. Pero, como todo hábito es cuestión de costumbre.

Así mismo todo negocio debe tener una cuenta de ahorros para eventualidades ya que los imprevistos o épocas de bajo movimiento comercial. Esto previene ante los posibles imprevistos. El estimado es  tener una reserva para cubrir sus gastos operativos de 3 a 6 meses.

Sucede entre los nuevos emprendedores que a veces se afanan más por lucir señales que muestren sus posesiones materiales, esto redundará seguramente en pocas inversiones para la empresa misma.

Se mantienen unas finanzas sanas cuando hay un equilibrio entre sus ingresos y sus egresos el cual debe incluir un ahorro estable. Los gastos se deben organizar teniendo en cuenta el dinero que existe, nunca con base en ingresos de los que no se tenga certeza. Un factor crucial para la acumulación de capital es la moderación.

Una manera segura de no emplear correctamente el dinero es caer muy fácil ante la rápida gratificación: quiero esto, tengo que tenerlo ya y me hará sentir mejor. Cuando se opta por esta actitud se es víctima del consumismo. Es el tipo de conducta que lleva a alguien al manejo errático de múltiples tarjetas de crédito, que se le convierten a largo plazo en una pesadilla.

No es aconsejable manejar las decisiones financieras desde la emoción. Las gratificaciones casi siempre pueden dejarse para más tarde. Los gastos requieren de autocontrol y autodisciplina. Se debe ser muy honesto al momento de evaluar los gastos. Si se desea ahorrar, hay que recortar en algunos aspectos.

Gratificarse no es malo, pero debe escogerse muy bien el motivo y el tiempo para hacerlo. Por ejemplo: ¿Por qué no hacerlo después de que se obtenga una de las metas que uno se ha propuesto? Así los gastos se controlan y hay una motivación para alcanzar los propósitos.