El estrés es una de las patologías más comunes entre los seres humanos. Es un problema que tiende a convertirse en agotamiento emocional. La situación afecta con especial fuerza a nuestras emociones, de tal manera que sentimos apatía, desánimo o tristeza. Estos sentimientos se convierten en un profundo cansancio que nos paraliza, disfrazado de miedo y duda.
El experto en inteligencia emocional, Daniel Goleman, asegura que “las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier intento de atender a otra cosa”.
Curiosamente, es una enfermedad que afecta a todo tipo de personas. Y, a pesar de lo que se cree, no es moderna. Lo único que ha evolucionado, a lo largo de los años, son sus causas.
La investigadora Anna Katharina Schaffner, de la Universidad de Kent (Reino Unido), realizó un amplio estudio en torno al tema. Sus resultados los recoge en el libro “Agotamiento emocional: una historia”, donde asegura que “médicamente hablando, el agotamiento se relaciona con diversas categorías de diagnóstico históricos y actuales, entre ellos, la melancolía, nerviosismo, neurastenia, depresión, síndrome de fatiga crónica y el desgaste”.
Una cura de sueño o desconexión no es suficiente para aliviar el agotamiento emocional. Sería un simple efecto placebo como solución momentánea. Cuando lo sentimos, necesitamos frenar para recapacitar y replantearnos nuestro presente y futuro. Llegar a la raíz de lo que nos bloquea y provoca en nosotros una apatía constante.
Solo escuchando nuestro interior y analizando los detalles de lo que nos relata, seremos capaces de combatir la guerra emocional con claridad y lucidez. Trabajar en el control de las emociones es fundamental para revertir las consecuencias del estrés y ser capaces de mirar con positivismo los nuevos retos que nos plantea la vida.
En su libro “Open: Memorias”, el tenista Andre Agassi explica su filosofía sobre el tema: “No puedo prometerte que no te cansarás. Pero tienes que saber algo: hay muchas cosas buenas esperándote al otro lado del cansancio. Cánsate, Andre. Porque ahí es donde llegarás a conocerte a ti mismo. Al otro lado del cansancio”.
Todos merecemos ser felices. Somos los únicos que podemos concedernos este sueño.