Tu cuerpo es el templo maravilloso que contiene tu ser, por tanto es tu responsabilidad cuidarlo, amarlo y protegerlo. Tu cuerpo es el vehículo que te permite disfrutar tu existencia sobre este planeta, imagínate las consecuencias de su mal funcionamiento: dolores, enfermedades, estrés. ¿Quieres eso para tu vida?
Si no estamos habituados a realizar una rutina de ejercicios, lo más normal es que sí tengamos a nuestro haber una bolsa llena de excusas en la cual encontramos las razones suficientes para no hacerlo: no hay tiempo, meterse a un gimnasio es costoso, el trabajo está primero, hay que atender la familia.
¿Si tu salud no está bien, podrás atender bien tu trabajo, tus asuntos personales o a tu familia?
¿De qué maneras el ejercicio te trae salud? La verdad es que el ejercicio te trae bienestar de muchísimos modos:
Para empezar te enfoca en una actividad diferente. Te sustrae de la rutina. Sientes que estás haciendo algo bueno por ti mismo. Te deja una muy agradable sensación de bienestar. Quienes practican el ejercicio de forma constante expresan que duermen mejor y su digestión es la ideal.
Como es ya sabido el ejercicio genera endorfinas: neurotransmisores que tienen un efecto semejante al de los analgésicos, es decir que nuestro propio cuerpo puede producir elementos que mitiguen el dolor sin crear adicción. Al generar endorfinas fortalecemos nuestro sistema inmunológico y el apetito se modula al ir despareciendo la ansiedad.
El ejercicio te da autoestima en la medida en que si lo haces de manera frecuente vas observando cambios en tu cuerpo como la tonificación de los músculos. De una u otra manera, te hace pensar en comer mejor ya que si le estás invirtiendo tiempo a hacer ejercicio no vale la pena que simplemente te repletes de comida que no te es beneficiosa.
¿Por qué no hacer algo que te trae tantas cosas buenas? Es posible sacar 30 minutos al día para hacer una caminata o ejercicios de estiramiento en tu propio hogar. No siempre podremos pagar un instructor, pero que mejor manera de sacarle provecho a la internet que buscar videos con rutinas deportivas y realizarlas.
Asocia el ejercicio con algo que te divierta, lleva tu música cuando salgas a trotar o a caminar. Mira uno de tus programas favoritos mientras haces 40 minutos de ejercicio en la máquina que tienes en casa y que probablemente compraste alguna vez con las mejores intenciones, pero anda por allí arrumada.
Hacer ejercicio es quererte, mimarte, consentirte. Es para ti, nadie lo hará en lugar tuyo, tenlo por seguro. Además, tanto bienestar simplemente te lo mereces.