Imagine la escena: en lugar de llegar a su trabajo y dar un saludo general para todos sus empleados, decide saludarlos uno por uno y sonreírles. ¿Ellos están acostumbrados a eso? Probablemente NO. Tenga la seguridad de que va a generar reacciones positivas entre los elementos de su personal. Puede que se encuentre con miradas cómplices entre sus trabajadores que parezcan diciéndose: “¿A este (a) qué le dio? Y otras por qué no, diciendo, “¡qué agradable esto!
¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no comenzar el día de una manera diferente? ¿Por qué un día como una cosa aleatoria, no llegar con un detalle? Un dulce para cada uno o algo similar. ¿Por qué no cambiar el esquema de las reuniones para reconvenir y hacer reclamos? ¿Qué tal unas reuniones eventuales para reconocer en público los progresos de las personas?
Una de las situaciones que nos estanca en nuestras perspectivas laborales es el aburrimiento. Hacemos cosas repetitivas que terminan condenándonos al cansancio.
¿Qué tal si un día, busca la participación de cada uno de sus empleados en las reuniones que suele hacer? Existen personas que muchas veces no hablan porque se acostumbran a la participación de los mismos de siempre y además de una u otra manera perciben que para sus jefes esto está bien. Intente hacer un día una reunión en la que todos participen, así sea dispendiosa. A todos nos agrada sentir que nuestra participación es importante.
Motivar es buscar la manera de que cada uno se sienta valorado y va más allá del reconocimiento monetario por el trabajo. Una persona puede sentirse motivada cuando se le reconviene de una manera muy decente y en privado. Resulta totalmente desmotivador ser reconvenido en público. A fin cuentas, todos nos equivocamos. Hay que señalar las equivocaciones con el objetivo de mejorar. Hay que saber hacerle ver a las personas que lo que queremos es obtener lo más positivo de ellas mismas y confiamos plenamente en que lo pueden lograr.
¿Qué tal si un día no envía memorandos de observación y en cambio envía notas de agradecimiento? Hágalo el día menos pensado y observe las reacciones. Una palabra de gratitud puede obrar maravillas en las personas. Es un gesto de humanidad que va más allá de lo cotidiano. La gratitud es una actitud en la que reconozco que el otro es importante para mí. Hágalo y ojalá con un gesto muy original y creativo.