La expresión “Dinero llama dinero” o “Plata llama plata” puede llegar a ser muy cierta, en tanto usted comprenda que el truco está en… no gastarlo.

Lo principal para que este dicho popular funcione, reside en saber ahorrar y en escoger cómo invertir. Hay un rango muy amplio de personas que consideran esta expresión “Dinero llama dinero” relacionada con el hecho de mostrar o aparentar lujos y ostentación. Lo otro que suele ocurrir al malinterpretar esta oración es mover los lineamientos de ética que han manejado su vida y como “plata llama plata” entonces hay que adquirirla a como dé lugar. Cuando se escoge pensar de esta manera, no se piensa si se podría a llegar a incurrir en conductas de falsedad o engaño hacia los otros, o en el daño o las consecuencias en que se puede llegar a caer, con la idea de adquirir dinero fácil. No siempre “Dinero llama dinero”, si usted no hace las elecciones correctas, pueden estar llamando muchos, pero muchísimos problemas.

Si “Plata siempre llamara plata” sería muy lógico que todas y cada una de las personas que han ganado la lotería tuvieran una garantía de una vida próspera por siempre y para siempre. Y no es así. Se han visto muchísimos casos de ganadores repentinos de premios que desperdiciaron la fortuna ganada en un abrir y cerrar de ojos porque no supieron multiplicar su dinero con sabiduría.

La clave es ahorro, disciplina para aprender a aplazar los caprichos. Identificar las verdaderas prioridades, como tener un “colchón económico” para los tiempos difíciles. Si se ha sido lo suficientemente preventivo con los momentos duros, cosa que a cualquiera le puede ocurrir, pues usted nunca se llegará a sentir en angustia económica, por lo tanto los demás no lo verán apurado económicamente y así “Dinero llama dinero”.

Saber que se tiene un capital a su favor, para los momentos cruciales, o para arrancar un nuevo proyecto es lo que le va a dar esa tranquilidad para los grandes emprendimientos, si ha sabido abstenerse y controlar su dinero ante las nimiedades, el día de mañana podrá con muchísima facilidad consolidar grandes capitales.
Deje la satisfacción de los pequeños caprichos para más tarde, no es que se abstenga de gozar la vida y disfrutar de ella. ¿Acaso no quiere que ese disfrute le dure por un tiempo más largo? Entonces, ahorre.