Los seres humanos siempre están más motivados por la emociones que por los procesos lógicos. No existe persona que no tienda a realizar sus decisiones desde los sentimientos. Normalmente primero nos emocionamos y luego justificamos nuestros hechos desde la razón. Si usted desea vincular personal a un grupo de trabajo en ventas, su aproximación no puede ser en exceso teórica o racional. Nada inspira más que la convicción y la pasión.

Al vincular personal, el  entusiasmo no debe ser excusa para sobreactuarse  o presentar de manera  desdibujada lo que se requiere para construir un negocio. Usted debe verse convencido de lo que está presentando, pero también debe dar explicaciones razonables y mostrar un deseo genuino de colaborar  con sus posibles prospectos. Así logrará constituir un grupo estable, con personas que comprenden que las recompensas son el producto de los resultados, los cuales se deben al esfuerzo constante.

Un testimonio inspirador de su propia experiencia con el negocio, tendrá siempre un poder incalculable. Las historias bien relatadas nos conectan con las emociones. Para llegar a tocar corazones usted debe hablar desde el corazón. Siempre tendremos una historia para contar y a todos nos gusta escuchar historias. Hable desde sus experiencias para narrar una historia que le dé vida a sus productos y a su negocio. El entusiasmo hará resplandecer sus palabras.

El entusiasmo transmite emociones positivas lo cual contribuye a mantener el interés de quienes  lo escuchan y es muy probable que los incite a la acción. El entusiasmo es una de las emociones más contagiosas del ser humano.

Para incentivar el entusiasmo y a la vez despertar emociones positivas en su auditorio, usted debe conocer de manera detallada los bienes, productos o servicios que está ofreciendo. Si usted motiva positivamente desde las emociones recibirá como retroactivo, mayor motivación y entusiasmo de parte de los demás.

Otra emoción y actitud que usted puede promover en las personas con las que emprende un proyecto de trabajo es la confianza, porque esta implica la seguridad de obtener las metas por las cuales se va a trabajar. Quien tiene un sentimiento de confianza y positivismo suele lograr un mejor desempeño laboral.

Si usted no demuestra como líder: claro entusiasmo, confianza y positivismo por lo que hace, ¿cómo puede esperar que otros sí lo hagan?