Todo en la vida es cuestión de decisiones, y lo que usted decida para su vida hoy determinará lo que le depare el mañana. Usted puede elegir emborracharse esta noche, pero cuando decide hacerlo, también está eligiendo sentirse enfermo mañana. Usted está en total libertad de encender un cigarrillo hoy, pero cuando lo enciende también acaba de decidir que acortará su vida 14 minutos por cada cigarrillo que fume. Su decisión hoy es alimentarse con comida sana, lo cual implica que mañana disfrutará de una mejor salud.

Usted puede elegir vivir con sobrepeso o mantener el peso adecuado. Estar feliz o estar enojado. Hasta puede decidir, según ciertas autoridades, estar fuera de la ley —algunos toman esa decisión para escapar de las responsabilidades que implica el hecho de enfrentar la vida a diario.

Durante 24 años de mi vida adulta, según mis propias decisiones, estuve pesando por encima de 200 libras. Digo esto porque a lo largo de mi existencia (por lo menos desde la infancia), ¡nunca comí nada por accidente! Cada bocado fue planeado de manera deliberada. Incluso me dispuse a sentarme exclusivamente a comer con total concentración todo lo que quise. Y cuando alguien elije comer demasiado hoy, también ha elegido pesar bastante mañana. Sin embargo, en 1972 elegí no tener más sobrepeso y di los pasos adecuados para alcanzar y mantener el peso indicado. Esa fue una de mis mejores elecciones.

—Zig: “¿Ves a esa pareja?”

—La Pelirroja: “Sí, la veo”.

—Zig: “Me pregunto ¿qué le habrá ocurrido a él?”.

—La Pelirroja: “¿Qué quieres decir?”

—Zig: “Bueno, ¡solo míralo! ¡Es como si hubiera tenido
un accidente! ¡Parece herido!”

—La Pelirroja: “No, cariño, no está herido, ¡simplemente
fue al peluquero!”

—Zig: “¿Me estás diciendo que él pagó para lucir así?”
(No había visto en toda mi vida a nadie tan trasquilado de
las orejas hacia arriba. ¡Era inusual!).

—La Pelirroja: “¡Sí, cariño! Ese chico está tratando de lucir
diferente y original.

Usted decide si da los pasos que necesita para tener éxito como líder o si elige ignorar la experiencia de líderes exitosos y asumir las consecuencias, tanto para usted como para sus empleados. Necesitamos enseñarles a los miembros de nuestro equipo que ellos son responsables por sus actitudes y conducta, y que cada elección que hagamos, sea correcta o errada, ¡trae consecuencias! Una vez que se evalúan esas consecuencias con atención, es más fácil tomar la decisión indicada. Las decisiones que una persona con un desempeño máximo toma debe hacerlas basándose en lo que le digan su sentido común, gratitud, lealtad y disciplina.