¿Usted se ama, cierto? Usted quiere estar bien, sentirse bien, ser respetado, bien tratado, tener éxito, ser valorado. Pues adivine… sus clientes básicamente quieren lo mismo, sumado a sus necesidades individuales.

Pues, hay que amar a los clientes, sí, amarlos, valorarlos, respetarlos, honrar el hecho de que llevan el pan a nuestra mesa. Trate a sus clientes con amabilidad, respeto, puntualidad. Todas esas cosas que usted quiere para sí mismo.

¡Ah! Que a veces uno se encuentra con gente necia, melindrosa, impositiva, ventajosa, clientes realmente difíciles; le damos noticias, por supuesto que así es. Estamos trabajando con seres humanos y esa es una de las grandes probabilidades. Es por lo mismo que usted debe actuar con amor. Siempre. Como un principio en su vida. El amor es el elemento básico de toda ética. Observe los diversos credos existentes en el universo. La regla inicial es amar. La forma más aconsejable de manejar las personas y situaciones difíciles es el amor.
Es probable que esté usted recordando situaciones en las que amó, y no todo terminó bien. Falso. Si amó, obró con corrección e integridad, sí hizo las cosas de este modo, se puede estar sintiendo tranquilo. Usted obtuvo una ganancia para sí mismo y se llama paz. La paz que proviene de actuar de una manera ética.

Actuar con transparencia, trasciende las barreras del tiempo. Si usted actúa con ambición, ambigüedad o con algún grado de corrupción eso es momentáneo y lo que provenga de ello de manera en apariencia positiva no durará mucho, en cambio las consecuencias negativas si pueden durar mucho tiempo. El ser humano tiende más a recordarlo las cosas malas que le ocurren durante un mayor periodo.

Tenga en cuenta esto último, si le pasa por la cabeza obrar de forma incorrecta. Cada contacto con un cliente, a veces parece tan efímero; pero no olvide es una persona con dos posibilidades frente a usted, salir satisfecho o quedar incómodo frente al servicio que se le prestó. ¿Cuál prefiere usted? Todos queremos siempre estar bien referidos. Es lo mejor que nos puede ocurrir.

Procure con su actuar ser siempre bien referido. Lo que se hable de usted debe corresponderse con el esfuerzo que usted ha hecho para brindar lo mejor. Recuerde el principio es muy sencillo: amor.