¿Está usted en el sector de negocios y casualmente le desagradan las personas que hablan demasiado? ¿Se ha preguntado si al ofrecer su producto, entra usted dentro del mismo rango de personas? ¿Le molesta que cuando le van a vender algo, quien le ofrece el negocio, parece más dejándolo mareado que interesado en que usted adquiera el producto?

La claridad en el discurso, refleja organización mental. Cuando usted es claro al hablar, la gente siente que le están respetando su tiempo y de paso usted muestra mucha seguridad en sí mismo. Los grandes oradores se han destacado, además de su emotividad por su concisión y claridad.
Si usted está en las ventas sabe que el tiempo es oro, tanto el suyo como el de los demás. Al hablar demasiado se deja la sensación de querer enredar al público y de que no se sabe cuál es el objetivo del discurso.
Piense: ¿cuál es el éxito del lenguaje publicitario? Las respuestas son varias, pero muy sencillas: claridad, concreción y contundencia en el mensaje.

Quien es eficiente en su expresión oral, evidencia: conocimiento del tema, manejo del mismo, experiencia, respeto a su público, consideración por el tiempo del otro.

Si desea comprender con total contundencia la importancia de ser breve y claro en su mensaje. Piense en la horrible sensación que le dejan a cualquier persona los mensajes telefónicos automáticos de las empresas. Antes de llegar a lo que usted quiere, le hacen escuchar un menú de opciones que generalmente no tiene nada que ver con lo que usted necesita. (Eso sin añadirle que en el transcurso de la llamada esta se suele cortar) ¿No le parece que produce un sentimiento agotador y terriblemente frustrante?

Haga el ejercicio de imaginar cómo quisiera usted ser atendido, para así mismo preparar su próxima venta o conferencia. Es de suponer que dentro de las cosas que se está imaginando están: quiero ser atendido con amabilidad, carisma, respeto, valoración de mi tiempo y respuesta a mis inquietudes.

Si usted es claro y planifica su discurso, debe prever las posibles preguntas que surjan en las personas acerca del producto que usted está ofreciendo.

Para concluir, ser claro e “ir al grano”, le traerá beneficios no solo a usted, también a sus clientes. Y por encima de todo le traerá un valor agregado invaluable. Le ayudará a proyectar una excelente imagen de sí mismo.