Las investigaciones muestran claramente que la motivación es importante. Un estudio realizado con estudiantes universitarios encontró que un elevado autocontrol (lo cual implica una fuerte motivación) se relaciona con mejores calificaciones, relaciones más felices, y una mejor adaptación sicológica. Otros dos estudios longitudinales, que involucraron a estudiantes de octavo grado, encontraron que la autodisciplina es un mejor indicador que el coeficiente intelectual, para predecir el rendimiento académico.
Los logros a menudo requieren una motivación sostenida en el tiempo. Ángela Duckworth, de la Universidad de Pennsylvania, utiliza el término “tenacidad” para describir la perseverancia y la pasión que se tienen por las metas a largo plazo. Quienes tienen tenacidad parecen estar encendidos internamente por un entusiasmo y determinación para alcanzar sus metas. Saben persistir, a pesar de los obstáculos o contratiempos. Su determinación no proviene de un impulso iracundo o severo, sino de un inspirado sentido de propósito adoptado a nivel personal. Duckworth insiste en que la tenacidad no es solo cuestión de intensidad en el esfuerzo, sino que también implica un esfuerzo consistente y duradero. La investigación realizada por Duckworth y sus colegas ha encontrado que la tenacidad se asocia con obtener un promedio de calificaciones más alto, un mejor puesto en el Concurso Nacional de Ortografía, pasar más años en la escuela, e incluso con durar más tiempo en la exclusiva Academia Militar de West Point. La tenacidad no está relacionada con el coeficiente intelectual, algunos niños brillantes son muy resueltos, y otros no lo son.