El compromiso y la constante motivación son  valores fundamentales en el desempeño y la mejor productividad de un individuo.

Todo se hará con mucho más agrado siempre y cuando uno se encuentre motivado.

La palabra motivación proviene del latín Motus que quiere decir: causa del movimiento.

¿Dónde reside la fuente de nuestra motivación?  ¿En qué lugar está ese “algo” que nos hace mover para conseguir nuestras metas? Identificamos que una situación nos motiva cuando mueve muestras emociones de forma positiva.




La clase de una buena motivación es lograr identificar las cosas, ideas o situaciones que producen un estímulo emocional. Si usted desea que su personal encuentre esa conexión con sus emociones que hará de ellos mejores empleados no olvide: las cosas  que usted dice y hace siempre causarán un estímulo emocional. Si esto se hace de la manera adecuada, usted sacará a relucir lo mejor de cada persona.

Por ejemplo su personal se siente feliz cuando nota que su trabajo es organizado y planeado.

Hay maneras muy sencillas de crear estímulo emocional positivo en los demás, tanto en la esfera de lo personal, como el ámbito de los negocios: sonreír, ser cortés, promover el desarrollo, reforzar de manera positiva, ser considerado, ser empático, estar dispuesto a escuchar, trabajar en un ambiente armónico.

El ejemplo empieza por casa, usted debe verse motivado para que el otro se sienta motivado. ¿Cuántas veces cuestionamos las capacidades de liderazgo de otro porque su comunicación no nos suscita ninguna emoción?

Para lograr encender esta llama, usted debe tener una idea precisa acerca de cómo piensa, siente y actúa la gente. Debe saber cómo puede influenciarlas positivamente.




Este es el comienzo para obtener lo mejor de los demás, entenderse a usted mismo y saber qué lo motiva a dar lo mejor de sí. Cuando se hace esto se recibe primordialmente una gran recompensa interior. Esto permite realizar las actividades con alegría y entusiasmo. Lo cual suele convertirse en una cadena de acciones que se reflejan en usted y en los demás. Y si se lleva a nivel de empresa, sus empleados se quedan sin argumentos a la hora de afirmar que no reciben de sus jefes el ejemplo adecuado.

Reforzar de manera positiva los pensamientos, los sentimientos y las emociones de su personal, tendrá una fuerza de estimulación que los llevará hacia mejores niveles de producción y a desarrollar una actitud de total compromiso hacia la empresa.