Yo no sé si alguien puede dispararse como un cohete hacia el éxito. Yo pienso que el éxito es un proceso. Y pienso que mi primer discurso de Pascua, en la Iglesia Bautista de Kosciusko a la edad de tres años y medio, fue el principio; y que cada discurso que daba, cada libro que leía, y cada vez que hablaba en público, se constituían en bloques de construcción en mi vida. Para el momento en que tuve que sentarme por primera vez para hacer una audición frente a una cámara de televisión, y alguien dijo: “Lee esto”, lo que me permitió leer de forma tan tranquila fue el hecho que ya lo había estado haciendo por algún tiempo… Definitivamente pienso que la suerte es más bien cuando la preparación se encuentra con la oportunidad. — Oprah Winfrey

La voluntad de ganar es importante; la voluntad de planear es vital. Eso fue lo que dijo un entrenador de fútbol y las victorias que obtuvo su equipo demuestran que tenía toda la razón. La mayoría de personas desean ganar. Desean obtener recompensas, gloria, satisfacción y sentido de logro. Sin embargo, la mayoría de la gente lleva esos deseos al siguiente nivel, el cual consiste en planear el éxito. Planear no es tan placentero como ganar.

Planear implica trabajo duro sin recibir inmediatamente una recompensa a cambio. No obstante, sin un plan uno deja su futuro en manos de la casualidad y así, nos convertimos en víctimas de las circunstancias. Si tenemos un plan, nos convertimos en los capitanes de nuestra vida, determinamos la dirección de nuestro futuro. La mayoría de las personas no hace un plan para sus vidas. Muchos tienen la idea que trabajarán un buen número de años y que luego se pensionarán. Muchos tienen fantasías e ilusiones, pero no tienen planes.

Al contrario, reaccionan a lo que la vida les presente de acuerdo a como se presente el día. Algunas personas pueden tener ideas innovadoras pero entonces las piensan y las piensan, una y otra vez, hasta que encuentran razones por las cuales esas ideas no van a funcionar. Otros intentan adelantarse antes de estar listos. Tales personas empiezan un negocio antes de identificar los mercados donde van a incursionar, antes de determinar la ubicación apropiada o calcular los recursos financieros que se necesitan para mantener el negocio a flote hasta que éste se sostenga por sí mismo.

Tal vez tú conozcas personas que han cambiado de trabajo o hasta de profesión —usualmente por razones financieras— sin siquiera considerar si van a disfrutar la nueva actividad, o si el nuevo campo es verdaderamente lo que están buscando. Estos tipos de cambio hacen que se desperdicie una inmensa cantidad de tiempo, energía y dinero. Como lo mencioné en el primer capítulo, yo me encontraba en esa situación, invirtiendo mucho tiempo y dinero en cosas que no estaban en armonía con mi propósito o mi pasión. Afortunadamente, logré concentrar mis esfuerzos hacia determinar lo que más me interesaba y pude dedicarme completamente a ello.