¿Nuestros pensamientos pueden llegar a crear nuestra realidad? Sí. Pero, no es tan simple. Porque entonces sería muy fácil decir: “quiero un castillo” y que este aparezca. Es la combinación de pensamiento y acción lo que dinamiza tu vida. Suele suceder que los pensamientos negativos van acompañados de la tristeza y de la no acción.

El solo hecho de pensar: “no puedo”, “es imposible”, “no lo lograré”, por simple lógica ya te detiene. ¿Realmente esto es positivo para tu vida?

Programarse de manera positiva, es siempre aconsejable para llevar una vida sana y equilibrada. Pensar de este modo te llevará de manera entusiasta a la concreción de metas y objetivos. De hecho cuando piensas de forma negativa, ni siquiera te causa ilusión establecer un punto en el horizonte para alcanzar.

Todo es una cadena lógica de eventos, si te quieres, te cuidas, si te cuidas, vigilas tu alimentación y haces ejercicio, si estás pendiente de tu salud física, lo más seguro es que te importe tu salud mental y espiritual, si te importa tu salud mental y espiritual, con seguridad querrás pensar de forma tal que beneficie tu vida.

Pensar en positivo te pone en una tónica de sintonía con la alegría de vivir, ves lo positivo donde los demás ven cosas negativas. Te crees capaz, te consideras a ti mismo un hacedor.

Abundan por fortuna los ejemplos de personas con discapacidades físicas e incluso mentales que han logrado obtener grandes logros en su existencia. Uno de los ejemplos más citados de esta situación es Helen Keller. Una mujer valiente, positiva y persistente, cuyos pensamientos de calidad y maravillosa actitud la llevaron de una condición de grandes dificultades para comunicarse sumadas a su ceguera, a volverse conferencista y escritora de sus experiencias personales.

¿Los límites están en la mente? Sí. Y se establecerán con seguridad más límites, si tu discurso se vuelve el resultado de una cadena de pensamientos limitantes, con seguridad siempre encontrarás un pero para todo. Es más, es muy probable que en este orden de ideas no te consideres digno ni merecedor de lo mejor para ti. Todo será culpa de tu condición social, de algo que ocurrió en tu infancia, de tus padres, de tu esposo o esposa, de tus hijos… El pensamiento negativo siempre, y léelo bien: siempre encontrará la excusa perfecta para que no hagas las cosas.

¿Qué ocurre al pensar en negativo? Varias cosas. Entre ellas que quieras desistir rápido. La mente humana en general tiende a pensar en negativo con dolor y amargura. Por increíble que nos parezca muchos seres humanos se sienten “cómodos” con sus pensamientos de negatividad.

¿Y qué sucede si piensas positivo? Van a pasar muchas cosas. Pensar en positivo te hará ver que para alcanzar metas hay que esforzarse e insistir. Lo primero por supuesto, insistir en pensar en positivo, es en lo que más vas a tener que persistir.

Pongamos un ejemplo práctico, supón que quieres adelgazar. ¿Será suficiente pensar en que vas a estar delgado para que esto ocurra? No. Debes acompañar tus pensamientos de acciones tales como hacer dieta y ejercicio. En tanto lo haces debes programar tu pensamiento para tener la fuerza de voluntad y el dominio de ti mismo para lograrlo. Lleva esto al terreno de la obtención de una meta económica. ¿Será suficiente pensar en que vas a ser rico? No. Tu pensamiento debe enfocarse en los métodos, trabajos, labores, negocios que te lleven a la obtención de lo que tanto deseas.

Imagínate que quieres mejorar tu economía de manera radical y partes de la idea de “no puedo, es imposible”. ¿Realmente vas a llegar lejos con este tren de ideas?

Pensar en positivo, siempre te motivará. No olvides eso sí, acompañar tus pensamientos de acciones concretas que te llevan a la obtención de las cosas que tanto anhelas.