Aunque parezca una frase trillada, nada más real: “Verse bien es sentirse bien”. Y si usted se siente bien, los demás se sentirán a gusto con usted. En ocasiones es duro confrontarse frente a la imagen que proyectamos. Ya que a veces nuestra autopercepción nos arroja una imagen falsa de lo que mostramos. Tanto para bien como para mal (generalmente es hacia el lado negativo). Vale la pena traer a colación el experimentó que hizo una renombrada marca de jabones con varias mujeres. El trabajo consistía en hacer que una mujer se describiera sí misma a un especialista en retratos hablados. Luego otra persona diferente debía describir a la misma mujer al retratista.
Los resultados impresionantes. La diferencia en los dibujos crucial: el dibujo realizado con base en la descripción de la propia persona, era por lo general triste y depresivo. El dibujo hecho con base en la descripción hecha por el otro arrojaba una imagen más bonita. La conclusión tendemos a vernos y describirnos de forma muy negativa.
Teniendo en cuenta esta observación (que nos percibimos de manera inferior a como nos vemos), resulta lógico entonces que todo lo otro que construye nuestra identidad lo escojamos en consecuencia. Si no nos creemos hermosos, no escogeremos ropa bonita que nos haga ver mejor, o no mantendremos el cabello con un corte que nos favorezca. Menos aún consideraremos una rutina de ejercicios para tonificar el cuerpo.
¿Ha notado la reacción de los demás cuando tiene un evento particular y debe hacer un esfuerzo por verse mejor? Es motivador recibir esas frases halagadoras y por qué no creer que usted se las merece. Cabría la reflexión: “Es que no todos los días se está de fiesta”. Es cierto y no lo es. Se está de fiesta a diario por el solo hecho de estar vivos.
Proyectar una imagen, no es solo el delicado artificio de saber vestirse. Involucra muchas cosas: la actitud, la gesticulación, la postura corporal, la sonrisa, el apretón de manos.Lo cierto es que verse bien genera agrado, en usted mismo y en los demás. Sentirse bien que es el resultado de verse bien, da seguridad, genera optimismo, facilita la comunicación con los demás.
Verse bien es un derecho. Cometemos el error de creer que lucir bien, solo le corresponde a “la gente linda”. Si usted no se cree ni se siente con derecho a verse bien, nadie lo va a hacer por usted.
Una buena imagen habla de usted como un ganador, alguien satisfecho con la vida. ¿Quién no quiere sentir eso?