A no ser que una elección personal o una circunstancia muy particular nos lleven a estar absolutamente solos, dependemos de nuestra interacción con los demás, por eso debemos manejar unos mínimos éticos.

Así como nosotros no queremos ser ni maltratados, ni vulnerados, ni irrespetados; así mismo lo esperan los otros.

Las relaciones de cualquier índole y más las de negocios deben ser muy claras y transparentes. Eso evita incomodidades y frustraciones en las dos partes. Como cliente no voy a querer que se burlen de mí. Como negociante quiero un cliente satisfecho que me cumple con su obligación de pago más que por un “me toca”, por el hecho de que se siente plenamente complacido con los servicios prestados y el producto adquirido.

No haga negocios donde intuya que no hay transparencia. No se ensucie. No vale la pena. No proponga, ni establezca negocios faltos de claridad, el que pierde es usted. Así, en un comienzo el sonido del metal colmando sus arcas lo obnubile. No olvide el precio que tiene una imagen poco creíble y deteriorada. Cuesta años enteros construir credibilidad como para perderla en segundos.

Cuando se piensa en el “dinero fácil” se está pensando únicamente en sí mismo. Todo tiene una relación de causalidad y detrás de las causas vienen sus grandes amigos los efectos. Los resultados de no hacer las cosas bien desde el comienzo son situaciones desagradables y tristes.

Mire el mundo a su alrededor, usted depende de la compra y venta de bienes y servicios. Usted quiere comida sana, una vivienda que no se le caiga porque está mal hecha, ropa que le dure, necesita una buena educación para sí mismo y para los suyos, requiere de un buen medio de transporte. En pocas palabras, depende de la ética que todos y cada uno tienen para realizar su trabajo. De usted se está esperando que usted haga bien el suyo.

Ahora, si es usted empleador sea justo, sea equitativo, actué de acuerdo con la ley. Recuerde las cosas que usted quería cuando era empleado. Usted deseaba ser tratado con amabilidad, respeto y un pago adecuado.

Recuerde que la dinámica de la vida se extiende a los negocios, porque estos son entre personas. No haga a los demás lo que no quiere que le hagan a usted.

Editado por: Ana Patricia Caicedo Cox