¿Quién no quiere dinero fácil? Pretender obtener ganancias rápidas de un negocio es un pensamiento “normal”. Pero, en el ámbito de las ventas, bien sea de un servicio o de un producto específico, jamás se puede olvidar que un trato hecho dentro de la honestidad y la corrección, es un valor agregado y quizás uno de los más importantes en el largo plazo.

Usted volverá a hacer tratos con aquel que ha sido correcto con usted. Nadie gusta de ser engañado. De forma paradójica, quienes más se irritan al ser timados, son aquellos que se consideran especialistas en el teatro de la deshonestidad.

Se habla mucho de “aquellos tiempos” en que solo la palabra valía para cerrar un trato. Debe seguir siendo así. Timar, engañar, no cumplir lo pactado, afecta su imagen en el futuro.

Hay varios casos renombrados de personas que arruinaron su imagen engañando al público, entre ellos:
Un maratonista en 1904 durante los Juegos Olímpicos, que corrió más de la mitad de la prueba en un automóvil y de repente apareció en el momento estratégico para ganarla.

El “ganador” de varios Toures de Francia, en los cuales participó bajo el efecto del doping. Vendiendo además una historia de dolor y sacrificio, ya que de manera coincidencial, en esa época, el experimentaba cáncer en los testículos. Este deportista pensó que jamás iba a ser descubierto. Cuando la verdad sale a relucir, pidió excusas públicas, su mayor vergüenza, dicho por el mismo: haber perdido la credibilidad de su familia.

Dos artistas, que en su espectáculo, jamás cantaron, hacían doblaje, llegaron a recibir un premio Grammy.

En negocios, todos los esquemas que han prometido “muchas ganancias a corto plazo”, tarde o temprano han sido descubiertos.
El engaño no es duradero, por más que parezca. El “engaño” es justamente eso y cuando se desvanece en esencia no queda nada.

¿Por qué vale la pena ser correcto? Ante todo por la tranquilidad personal. Por la paz diaria. Por salud mental. Por respeto a los demás. Por cumplir una de las reglas de oro tanto de los negocios como de la vida: “No hacer al otro lo que NO quiero que me hagan a mí”.

Ser correcto es pensar en el mañana. Es tener muy clara la relación causa-consecuencia que existe en todos los eventos de la vida.

En negocios es definitivo y crucial ser honesto, es la siembra que se hace para recibir la cosecha más adelante.